one world one dream

Ebe Cecinelli

 

 

Pekín, 8 de Agosto, a las ocho horas de la tarde, se inau- gurará la ceremonia oficial de las Olímpiadas, fecha tan esperada por la cual China ha unido trabajo y empeño, en una oportunidad de mostrar al mundo aquello que es capaz de hacer la China moderna, país determinante en los movimientos económicos mundiales.
La elección del día, del mes y de la hora no es casual. En la propia fecha, el número ocho aparece hasta cuatro veces, considerado número que trae fortuna en China y, por lo tanto, un buen augurio para el gran evento.
Incluso antes de que Beijing fuese designado como sede de las XXIX Olimpiadas, la municipalidad había iniciado los preparativos para hacer la ciudad más habitable y menos contaminada.
Con ocasión de la visita de la comisión olímpica, en el mes de Marzo de 2001, ya se habían creado nuevos parques, demolido viejos edificios, aumentado el ratio de espacios verdes por habitante y... se había rociado con pintura verde la hierba seca por el periodo de heladas del invierno. Desde entonces estaba todo programado, como es habitual en el sistema chino, que actua con planes quinquenales de organización, que han modificado y revolucionado el aspecto de Pekín.
En todo este fervor, hay un peso determinante de la antigua cultura China que, aún con el paso del tiempo, trasmite el espíritu de este país.
El poeta Su Dongpo, que vivió durante la dinastía Sun, escribió hace 900 años:" Que la humanidad esté unida para compartir eternamente la luz lunar", deseando que los hombres pudieran alcanzar un desarrollo sostenible y comprenderse aunque estuviesen lejos.
"One world one dream", el tema elegido para la XXIX Olimpiada, trae a la memoria el verso de este antiguo poeta con un abrazo ideal con el que China quiere unirse al mundo moderno.
En Pekín se vive con fervor el trabajo, las iniciativas y las espectativas.
Pero, ¿cómo ha cambiado la ciudad? En la larga historia de China, el tradicional concepto de ciudad fue desarrollado hace 4000 años, a finales del periodo de la dinastía Xia. El concepto del plan de urbanismo de la Antigua China ha visto una serie de cambios, pero sigue presentando el carácter de sus tradiciones, que son evidentes en la planificación de Pekín.
En la antigua capital, y en la moderna, el palacio imperial (la ciudad prohibida) se encuentra en el centro, como estaba establecido en los "Reglas de la dinastía Zhou" (1100 - 700 a. C.), que explican los primeros principios urbaníticos destinados a la organización social de la sociedad feudal. El núcleo de estas Reglas son los códigos éticos y los principios patriarcales, que regulaban las relaciones sociales y familiares de entonces y que, aún hoy, encontramos como códigos de comportamiento en la moderna sociedad china. Las normas dictaban: "El soberano debe comportarse como soberano, el ministro como ministro, el padre como padre y el hijo como hijo. En un colectivo, los intereses del colectivo están primero, los individuales son secundarios y deben someterse a los colectivos, cada uno debe ser fiel a su familia, al trono y al estado". Amoldándose al espíritu de la moderna República China Popular, estos son hoy los principios que prevalecen en la sociedad china y que constituyen el núcleo de su fuerza.
Con tal principio han trabajado para la transformación de Pekín, vieja capital polvorienta, en una ciudad moderna, limpia y funcional. Un budget de 36 millones de USD han sido destinados a mejorar el medio ambiente y las infraestructuras, con la construcción de nuevas líneas de metro, nuevas carreteras urbanas y la trasferencia de industrias a áreas no metropolitanas.
Los habitantes de Pekín quieren tomar parte en la acogida de los amigos que vendrán de todas partes del mundo, y se han volcado en el estudio de la lengua inglesa, para poder comunicase libremente con los extranjeros sin barreras lingüísticas. Más de 100.000 voluntarios están preparándose para acoger con un "Welcome to Beijing" a los millones de visitantes que se esperan para las Olimpiadas. En las últimas semanas, en los parques se han estado organizando actividades lúdicas para el aprendizaje del inglés, abiertas al público y son muchísimos aquellos que han participado.
Los nombres de las cinco mascotas Bei- Jing- Huan- Ying- Ni, significan "Beijing Welcomes You". El símbolo y el alma de estas Olimpiadas son "EL Nido" y "El Cubo", respectivamente el estadio y el centro de los deportes acuáticos, construidos con tecnologías y materiales de innovación en la parte norte de la ciudad, cerca del cuarto cinturón de carreteras, donde estaba proyectada la nueva zona olímpica.
Ni el frío invernal ni la nieve han podido ralentizar las labores del montaje que han sido terminadas con anticipación al tiempo previsto, como ocurre frecuentemente en la moderna China: Pekín, Enero 2008.

La universidad ha constriudo nuevas zonas deportivas y renovado las existentes para albergar a los atletas olímpicos en sus entrenamientos; nuevos restaurantes y bares han surgido para la "comodidad" de los huéspedes extranjeros, como dicen los pekineses con orgullo.
El aspecto negativo es el aumento de los precios que, se prevé, se producirá durante el periodo de las Olimpiadas, para después disminuir de nuevo, rigurosamente controlado por el gobierno central.
Las espectativas están altas, se esperan grandes beneficios, y seguramente las esperanzas no serán defraudadas.
China sorprenderá al mundo entero.

Ebe Cecinelli
Profesora de lengua italiana en la Universidad de Lengua y Cultura de Pekín.

 

 

 

 

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