NÚMERO 11

     

SELLO DE SANGRE

"Cada vez más los vivos son gobernados
por los muertos".

Feliciano Tavares Monteiro
ex-secretario de Ciencia,Tecnología e Innovación del estado de Bahía, Brasil

 

En un año de intercambio, como este de 2011, las repúblicas de Brasil e Italia tienen mucho que celebrar. Hace unos meses que tuvimos el placer, por invitación del decano de la Universidad Federal de Bahía, de participar en una reunión conjunta con el Embajador de Italia y discutir sobre un probable pre-programa de Ciencia y Tecnología destinado a posibles intercambios entre Italia y la Bahía en Brasil.
Si Italia contiene la antigua Roma, somos una especie Morena de Roma. Y es un buen momento para reflexionar sobre nuestros artistas, científicos y héroes que ayudaron a construir esta etapa republicana de vida. También es necesario hablar de Garibaldi y Anita, porque ambos eran guerreros transnacionales. Italianos, Brasileños y Uruguayos agradecen a esta pareja combatiente, que nunca perdieron la ternura...
En el Sur del continente Americano hubo otro ejemplo de combatiente transnacional: Ernesto CHE Guevara, que por haber luchado en el Caribe, en África y Bolivia conquistó fama y admiración. Pero, quizá nadie se recordaría si no hubiese sido asesinado por un comando, también transnacional. Este año también podremos hablar de dos líderes más que comandaron las insurgencias de esclavos que se rebelaron y perdieron la vida por la libertad. Sin Espartaco, Tousaint de Louverture y Zumbi dos Palmares, tal vez la idea perversa de la esclavitud se eternizase más en nuestros territorios.
Todos son mitos. En la imaginación de su gente, sus historias se perpetúan pareciendo con imágenes de pasaportes. Porque normalmente, las imágenes de los mitos son imponentes, vistosas y transmitidas de padres a hijos. Pero es necesario buscar un detalle. Sólo se obtiene la legitimidad real del pueblo, en lugar de firmas burocráticas, si se consigue una rara especie de sello, el sello de la sangre.
Europa y África son cercanos y lejanos. Brasil, por imposición histórica, se da al lujo de mezclar la sangre de sus habitantes a la herencia genética de estos dos continentes, además de la sangre de los nativos precolombinos. Aún así, nuestra historia también estuvo llena de sangre y varios caciques han perdido sus vidas en defensa de sus pueblos. Rio Grande do Sul, que acogió bien a los Garibaldi, mantiene una estatua a Sepé Tiaraju, héroe que cayó luchando contra un grupo de trabajo compuesto por ejércitos de mercenarios de los imperios ibéricos interesados en esclavizar a los guaraníes y apoderarse de las culturas y las ricas tierras agrícolas en el área de las ciudades misionarias.
Los pueblos árabes por siglos tuvieron presencia en Europa, contribuyendo con grandes inventos, como la brújula y el cálculo algebraico. Pero debido a su estilo de vida, pasaron el siglo XX divididos, sin un gran líder. Los que hayan leído los Siete Pilares de la Sabiduría comprenderá las dificultades de Lawrence da "Arabia", para absorber la cultura y conseguir hacer parte de la vida cotidiana de los guerreros islámicos. Mientras Lawrence conducía ejércitos, tuvo éxito, pero poco obtuvo cuando intentó organizar formas de Gobierno. Y, tratando de ser estadista, fracasó aun habiendo conquistado Damasco arrebatando el poder de los turcos. Los árabes del siglo XX fueron diferentes pueblos, nómades y a menudo tenían cada uno su territorio dirigido únicamente a sus preocupaciones. El hecho es que el propio Gobierno británico tal vez no se interesó en la unificación de los pueblos árabes, aun con el apoyo de su agente más perspicaz. Después de la explosión de los precios del petróleo, ciencia y tecnología y principalmente la internet, están cambiando el día a día de esos pueblos. Un juventud tan inquieta como la del Occidente, en 1968, quiso hacer historia.
Un gran líder oriental dijo temer el fin de la guerra, porque sabía que un día después de la victoria, se arriesgaría a perder algo muy importante: la figura del enemigo. En tiempos de conflicto, todo lo malo se puede asignar al enemigo, sin enemigo esto impensable. Pero la lógica de los fabricantes de la guerra es producir enemigos. Por desgracia, además de los problemas sociales y ambientales que las guerras siempre causan existe la cuestión de los costos. Un día de guerra es a menudo es el presupuesto de un año en un órgano de de ciencia y tecnología por ejemplo. Y muchas veces los daños al medio ambiente a menudo son imposibles de calcular.
Pero este año, con intenciones nacionalistas y basado en una creciente exigencia popular, en venganza por el ataque a las torres gemelas, el gobierno de los Estados Unidos llegó al final de una operación que se inició hace diez años y en la actual administración del Presidente Obama decidió, unilateralmente, ajusticiar Osama Bin Laden. Como siempre, suele pasar en operaciones secretas, diversa información aún no ha sido llevada a público. Incluso en medio de la alegría de los estadounidenses, parientes o amigos de las víctimas del ataque del 11 de septiembre, un gran suspenso ronda al mundo. Quizas muchos años habrán de pasar hasta que todos los detalles de este ajusticiamiento se conozcan pero para los vengados toda venganza está plenamente justificada.
En este entorno, se puede extender tanto la seguridad global, como se puede poner en peligro. Es demasiado pronto para evaluar la evolución de la guerra y también es demasiado pronto para estimar qué va a pasar con los precios del petróleo y la economía mundial. Pero, sin duda, hay el riesgo del aumento de la inflación, un enemigo de los ingresos de los trabajadores.
No es temprano para orar. Por lo que sugerimos que todos los pueblos, en todos los templos religiosos y en diversos idiomas, dialectos o acentos, oren. Los científicos, que generalmente tienen corazones duros llamen por los Mantras, tal vez recitando en voz alta sus ecuaciones más queridas. Incluso los profesores, que han olvidado las oraciones, deban reaprenderlas con sus estudiantes y orar. O, en este último caso cantar la letra "Romería", una de las mejores de la música brasileña. Ahora es urgente una sinergia mundial, capaz de prevenir que esta nueva imagen, también sellada con sangre, no deba ser usada como un fusible para otros conflictos transnacionales.
En este inicio del siglo XXI, el mundo no necesita de más pasaportes, guerras o viejos sellos. Le hace falta: ciencia, ideas innovadoras, justicia social y paz, mucha paz.

 
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